sábado, 18 de diciembre de 2010

NÚMERO 02 - AÑO 01 - DICIEMBRE 2010

CONTENIDO

ESTADO Y CRIMINALIDAD

TITULO: ANÁLISIS DE LA VIOLENCIA POLITICA EN EL PERU (1980 – 2000)
AUTOR: Sr. Duber Cárdenas Choque

SOCIEDAD Y CRIMINALIDAD

TITULO: EL DILEMA DEL HOMBRE HACIA LA MALDAD “CREO QUE ESTAMOS TODOS LOCOS”
AUTOR: Srta. Cristina Castro Mitma
VER: ARTÍCULO

DERECHO PENAL Y CRIMINALIDAD

TITULO: ¿EL DERECHO PENAL DEL ENEMIGO ESTÁ ENTRE NOSOTROS?
AUTOR: Dr. Erickson Costa Carhuavilca

SEGURIDAD CIUDADANA Y DELINCUENCIA

TÍTULO: LA CRIMINOLOGIA EN EL ESTUDIO DE LA INCLINACION DEL HOMBRE HACIA EL DELITO “¿CÚAL ES LA RELACIÓN ENTRE DELINCUENTE Y SU SOCIEDAD?”
AUTOR: Sr. Abdel Changa Diaz

¿EL DERECHO PENAL DEL ENEMIGO ESTÁ ENTRE NOSOTROS?

Por: Erickson Costa Carhuavilca *

1. APRECIACIONES DEL DERECHO PENAL DEL ENEMIGO

Desde Alemania aparece Günther Jakobs con una fuerte influencia para todo el sistema del derecho continental con su teoría funcionalista quien ha resumido al Derecho Penal del Enemigo con las siguientes características: 1) de un lado, un amplio adelantamiento de la punibilidad, es decir el cambio de la perspectiva del hecho producido por la del hecho que se va a producir; 2) la falta de reducción de la pena proporcional a dicho adelantamiento; 3) paso de la legislación de derecho penal a la legislación de la lucha para combatir la delincuencia, en concreto la económica; y 4) la supresión de garantías procesales, donde la incomunicación del procesado constituye un ejemplo clásico. (01)

Se identifica al “enemigo” como “no persona”, y de esta forma el Estado con su poder punitivo puede intervenir de la forma más agresiva violando garantías y derechos que ya se encontraban pacíficamente consagrados en las Constituciones y Tratados Internacionales de D.H. (Por ejemplo: confesión bajo tortura, incomunicaciones prolongadas, detenciones sin estar expresados los motivos y sin control del imputado ni judicial, etc.). En la opinión de Jackobs, la persona existe en función de su relación social. “La relación con al menos otro individuo no se basa solamente en las propias preferencias, sino que se obtiene mediante al menos una regla independiente de tales preferencias, de tal manera que el otro puede invocar esa regla. Tal regla es una norma social en sentido estricto: si se infringe, ello significa elegir una configuración del mundo de cuya toma en consideración había sido precisamente exonerado el otro”.

2. EL ROL DEL ESTADO EN EL DERECHO PENAL DEL ENEMIGO

Por otro lado, si es cierto —y, a mi juicio, lo es— que, como observa Elías Díaz, no es lo mismo Estado con Derecho que Estado de Derecho, en los Estados totalitarios no puede reconocerse a ningún Estado de Derecho. El debate sobre un Derecho penal del enemigo, pues, sólo puede plantearse y tiene sentido en relación con el Derecho de sociedades democráticas que reconocen y garantizan derechos y libertades fundamentales y que depositan el poder en auténticos Estados de Derecho. Ahora bien, es evidente que en este contexto nada resuelve sobre el problema un rechazo puramente emocional, históricamente fundado, de toda pretendida diferenciación de algunos miembros de la sociedad como “enemigos”.

Mediante el Derecho penal del enemigo, el Estado ya no dialoga con ciudadanos para mantener la vigencia de la norma, sino que combate a sus enemigos, es decir, combate peligrosos, y, por ello, en él “la pena se dirige hacia el aseguramiento frente a hechos futuros, no a la sanción de hechos cometidos”.

Estos principios y reglas propios del Derecho penal del enemigo vendrían impuestos por el significado de las circunstancias fácticas que caracterizan la actividad y la posición del enemigo frente a la sociedad y se configurarían como instrumentos adecuados al fin de la prevención del peligro que representa el enemigo, el cual sólo se puede alcanzar mediante su vencimiento o eliminación en la guerra desatada entre él y el Estado, y mediante su inocuización.

3. EL ENEMIGO EN EL DERECHO PENAL DEL ENEMIGO

El enemigo es por lo tanto un individuo que pierde el status de persona y que debe ser tratado como una fuente de peligro contra la que se debe instrumentar medios de seguridad, y para lo cual, quienes justifican al Estado sobre base contractualistas, ya dan argumentos que permiten sostener que, la calidad de persona, es una condición que se puede perder debido a que el autor de un delito infringe el contrato y, por lo tanto, no participa más de sus beneficios no viviendo a parir de ese momento con los demás en una relación jurídica, lo que hace decir a Rousseau que, cualquier malhechor que ataque el contrato deja ser miembro del Estado al hallarse en guerra con él. En igual sentido señala Fichte quien abandona el contrato ciudadano en un punto en el que en el contrato se contaba con su prudencia, ... en sentido estricto pierde todos sus derechos como ciudadano y como ser humano, y pasa a un estado de ausencia completa de derechos.”

NOTAS AL FINAL

(*) Docente de la Universidad César Vallejo – Sede Lima Este y de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, Abogado por Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Estudios de Maestría en Derecho Procesal por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Director del Centro Latinoamericano de Investigaciones de Derecho Procesal (CLIDEPRO), Asesor Académico de la Asociación Civil “Justicia & Derecho” y Director de la Revista Virtual “Criminología del siglo XXI”.
(01) JAKOBS, Günther; La Ciencia del Derecho Penal antes las Exigencias del Presente, Revista Peruana De Ciencias Penales. Edición Especial sobre El Código Penal Peruano. Año VII-VIII, Nº12. Pg. 55
(02) Ibid.
(03) ELÍAS, Díaz. Estado de Derecho. Filosofía Política II. Teoría del Estado .Pg. 63
(04) JAKOBS, Günther. Op. Cit. Pg. 55
(05) Ibid.

ANÁLISIS DE LA VIOLENCIA POLITICA EN EL PERU (1980 – 2000)

Por: DUBER CÀRDENAS CHOQUE *

Indudablemente el conflicto armado interno vivido en el PERÚ, entre los años de 1980 y 2000, ha sido el de mayor duración, y el que ocasionó la mayor cantidad de muertes, las cifras reveladas por la comisión de la verdad, aun quedan por debajo de la verdadera cantidad de desaparecidos durante la época de la violencia política. El número de muertes supera ampliamente las cifras de pérdidas humanas sufridas aún en la lucha por la independencia y la guerra con Chile. La cifra según esta comisión llega a 69.280 personas desaparecidas.

Desde el inicio de la violencia armada (mayo de 1980, en la distrito de Chuschi, provincia de Cangallo - Ayacucho). Tras quemar las ánforas de votación, el gobierno de turno del entonces Presidente (Fernando Belaunde Terry), no hizo nada, es decir, no le prestó la atención necesaria, de esta forma el grupo subversivo inició su camino de camino de destrucción y muerte hacia la sociedad peruana.

Posterior a ello, los gobernantes aceptaron la militarización del conflicto, abandonando los fueros y prerrogativas para dejar la conducción de la lucha contrasubversiva en manos de las FFAA, sin tomar previsiones para impedir atropellos a los derechos fundamentales de la población. Con una doctrina de guerra importada de los EE.UU, tras su fracaso en Vietnam, donde toda persona que no era blanca o en todo caso no hablaba el castellano era de seguro un (terruco), como se solía llamar por ese entonces a los grupos alzados en armas, de esta forma se atentó contra la vida de miles de ciudadanos de distintos lugares del país, solo por el hecho de no saber hablar el castellano, aun los niños eran sospechosos de ser terroristas, muchas veces se decía si tu madre o tu padre es terrorista, entonces mátalos o de lo contrario te mataran a ti.

Pero qué pecado pudieron haber cometido todas esas personas, acaso ellos eligieron donde nacer para sufrir de esa manera, acaso son culpables de los desaciertos de todos los gobernantes que sólo causaron el retraso del país y por ello surgió la corriente terrorista con fuerza, si recodamos la historia, aun en tiempos de la lucha por la tierra en los años 60, en la época de la reforma agraria a favor de los campesinos, el hombre de los andes siempre fue golpeado por todo el aparato del gobierno que se unía a los terratenientes y atentaban contra el campesinado, sería que en aquellos tiempos no existían los derechos humanos, que irónico que es la vida, se mata a las personas que nos dan los alimentos para poder vivir.

Es por ello que nunca hubo una verdadera independencia, pues no se puede concebir que el campesino siga siendo esclavo del hacendado en tiempos de supuesta independencia, dicha libertad llego sí, es cierto pero sólo para la gente criolla, pero jamás para el serrano, el indio, el indígena como suele llamarse a nuestros hermanos del ande, sin haber comprendido que dichos términos son de desprecio indígena = indigente ¿Qué nombre no? De esta forma vemos como los diferentes gobiernos atentaron contra el hombre del ande, y en tiempos de la violencia aun mas, ¿acaso con la sola intención de acabar con esos serranos salvajes, fastidiosos y muertos de hambre?.

Frente a la guerra desatada por el PCP y MRTA, el Estado tuvo el derecho de defenderse y la obligación de hacerlo garantizando los derechos fundamentales de sus ciudadanos. Buscando una respuesta rápida al avance de la subversión armada, que en pocos años se expandió por todo el país, los gobernantes aceptaron la militarización del conflicto, abandonado sus principales fueros y prerrogativas para la conducción del la lucha contrasubversiva en manos de las FFAA, sin tomar las previsiones para impedir atropellos contra la vida y la dignidad de la población.

La frustración generada por todos los gobernantes de turno, generada por procesos de modernización truncos, creó el espacio para que ante la ausencia de propuestas desde el interior del sistema político, las organizaciones subversivas intentaran utilizar y canalizar los conflictos y demandas de acción de ciertas regiones particularmente deprimidas. La violencia armada no afectó uniformemente a todos los ámbitos geográficos, ni los diferentes estratos sociales del país, estuvo concentrada en las márgenes de la sociedad, es decir en aquellas zonas y grupos menos integrados a los centros de poder económico y político de la sociedad peruana. Además pese al carácter masivo de las víctimas fatales que provocaron, los principales actores del conflicto armado interno seleccionaron a sus víctimas al interior de estratos específicos de las sociedades regionales o locales que fueron escenario de la violencia.

Así, sólo Ayacucho registra el 40% de víctimas de la violencia política, por entonces a toda persona nacida en Ayacucho era tildada de (ayacuchano = terruco), Tales magnitudes pueden parecer inverosímiles para un considerable sector de la población peruana, pero no lo sería si todos fuéramos ayacuchanos o por lo menos si se hiciera el esfuerzo por comprender el significado del perfil socio demográfico de la gran mayoría de las víctimas. Está claro que el Perú rural, andino, quechua y asháninca, campesino, pobre y con escasa instrucción formal se desangro durante años sin que el resto del país sintiera o asumiera como propia la verdadera dimensión de la tragedia de ese “pueblo ajeno dentro del Perú”.

Esos son los peruanos que le faltan al Perú, los más olvidados e invisibles: los Quispe, Huamán, Mamani, Taype, Yupanqui, Condori, Tintimari, Metzoquiari. A pesar de ser y sentirse demasiadas veces ajenos y excluidos por el resto de peruanos, ellos también reclaman ser considerados con respeto y justicia.

Los niños, las mujeres y los ancianos aparecen entre las víctimas fatales con mayor frecuencia en situaciones de violencia indiscriminada, como son las masacres. Conforme aumenta el tamaño del grupo de asesinados en un mismo operativo militar o incursión subversiva, también aumenta ligeramente la proporción de mujeres y niños menores de 15 años. Dentro de las víctimas de asesinatos masivos, generalmente los niños resultan ser los menos identificados por los sobrevivientes que dieron su testimonio, puesto que son menos conocidos en sus comunidades en comparación con los adultos.

Lo que en un principio fueron acciones aisladas, locales y no coordinadas, se fue extendiendo y organizando en los escenarios rurales del conflicto armado interno hasta, finalmente derrotar al terrorismo en el campo. Los comités de autodefensa jugaron un papel fundamental en la lucha contrasubversiva, ellos en todo momento estaban sobre la delgada línea que separaba a héroes de villanos.

El PCP- SL, fue el principal perpetrador de asesinatos de dirigentes femeninas. Sin embargo cuando se trata de dirigentes de organizaciones de familiares de desaparecidos y de estudiantes universitarios, se indican como presuntos responsables a los agentes de las FF.AA. Así mismo se han recibido reportes de otras masacres perpetrados por agentes del Estado en los departamentos de Ayacucho, Huánuco, Huancavelica, Junín, Cuzco, Ucayali, San Martin y Lima. Los cuales se perpetraron en todos los periodos gubernamentales. La desaparición forzada fue ampliamente empleada como mecanismo contrainsurgente y su aplicación se extendió a un conjunto de victimas mayor que el de los integrantes de las organizaciones subversivas. Es un delito pluriofensivo que afecto el núcleo duro de los derechos humanos, todo esto constituye un delito de lesa humanidad, también fue una modalidad de ejecución arbitraria encubierta.

Cerca de medio millón de peruanos abandonaron sus localidades de origen huyendo de los estragos de la violencia generada por el conflicto interno, al encontrarse entre dos fuegos “enemigos”, las FFAA y PCP, ninguno entendió jamás la forma de vida del hombre del campo, la gran mayoría de desplazados fueron personas que no participaron en las hostilidades. Las zonas corresponden a los departamentos en los que se presento la mayor incidencia de acciones del conflicto.

Durante los estados de emergencia las FFAA y la policía, se arrogaron el derecho de detener a cualquier persona solo por el hecho de ser sospechoso, para luego ser investigado, aun cuando no existían indicios razonables. La impunidad alcanzo su máxima expresión con las leyes de amnistía, que cerraron toda posibilidad de investigación y sanción a los presuntos responsables de graves violaciones de derechos humanos perpetrados desde mayo de 1980 hasta junio de 1995.

La discriminación étnica y racial fue un elemento presente en el conjunto del proceso de la violencia. En los diferentes momentos y ámbitos de su desarrollo, fue un factor que influyo significativamente sobre los comportamientos y percepciones de los diversos actores, aunque casi siempre de manera encubierta.

Para que todas estas atrocidades no se repitan es necesario curar heridas, indemnizando a los deudos, especialmente a aquellos campesinos que fueron víctimas de muchos abusos. Por ello es importante que el Estado asuma su responsabilidad, en cuanto artífice de la violencia, pues con su centralismo y abandono de las de las ciudades facilitó el desarrollo y avance de las huestes terroristas, todo en ello en perjuicio de humildes hombres del campo y de la selva.

Así también, se deben trazar políticas a largo plazo, con el único objetivo de llevar adelante un proceso que unifique a toda la sociedad en su conjunto y salir del sub desarrollo, el cual nos mantiene en calidad de mendigos. De la misma forma, se deben de formar a los jóvenes con una visión de futuro, pero con respeto hacia los derechos fundamentales y dejar de lado la marginación de las personas, solo por el hecho de ser provinciano, para consolidarnos como una sociedad más humana y con valores.

Un poema declamado en Ayacucho dice así: “Cuando la vida, se hace más fría que la muerte misma. Taita inti, arde indignado, las grandes nieves se descongelan. Y los grandes lagos empiezan a formarse. El gran aluvión está por llegar, para sepultar mundos que primen. Y sobre la tierra nueva florecerá la ESPERANZA”.

NOTAS AL FINAL

(*) Alumno del III ciclo de estudios de la Escuela de Derecho de la Universidad César Vallejo – Sede Lima Este.

EL DILEMA DEL HOMBRE HACIA LA MALDAD

“CREO QUE ESTAMOS TODOS LOCOS”

Por: Cristina Castro Mitma *

Cuando alguien nos pide una opinión sobre lo que está ocurriendo en nuestro planeta, solo me pongo a pensar en lo difícil que lo estamos pasando, pues se trata de imponer ideologías que no son nuestra y sobre todo que se presta para intereses personales de grandes oligopolios.

Creo que ciertamente todos estamos locos, es mas lo confirmo cada vez que tengo la oportunidad de internarme en algún tema o en alguna sitio que antes desconocía. Todo se parece pues a una terrible conspiración contra la vida, tal vez una suerte de pacto entre las diferentes corporaciones mundiales que se ufanan por su poder económico sobre la tierra.

De nuestras potencialidades que son muchas y sobre todo variadas hemos cogido la peor, es decirla más fácil y destructiva. Nuestra codicia creció enormemente en perjuicio de nuestra compasión y solidaridad, esto no quiere decir que la mayoría de seres humanos se incline por la destrucción, simplemente hemos estructurado un sistema que cada día nos lleva a la destrucción y del que ya nada nos puede salvar y mucho menos librarnos.

Somos prisioneros de nuestras propias creaciones y salvo un inesperado cambio o de lo contrario seremos victimas de nuestras propias creaciones, los ejemplos relucen sin hacer mucho esfuerzo. No existe un solo campo puro, incluido las investigaciones científicas que nos termina orientando hacia el polo negativo en esta brújula de supervivencia. Me hablan de nuevas medicinas y lo celebraré, pero luego me dicen cuantos realmente se benefician con ellas y termino deprimido.

Me hablan de nuevas armas para mantener a paz y solo puedo reír por no llorar, caso contrario podría morir ahogado. Me hablan de los fabulosos avances en los medios de comunicación, pero que de aquel hombre cada vez más aislado dentro de su país, muchas veces hasta neurótico por tanta mentira. Me hablan de la fe religiosa y solo tiendo a callar, pues aun disfruto de los que aun gozan haciendo humor y contando cuentos.

Me hablan de Democracia y de libertad, y no puedo evitar que mi cerebro imagine los símbolos que lo representan y menos aún podré evitar una enorme sensación de vergüenza y derrota, al sentir que la institucionalización de la mentira ha penetrado y corrompido lo más profundo de nuestro propio imaginario.

Me hablan de justicia social y entonces me pregunto que es eso realmente y evitaré a quien lo haya mencionado, al salir a la calle y ver las distintas miradas que claman por amor a DIOS “Justicia”. Me hablan de los esfuerzos por preservar la naturaleza y el medio ambiente y allí también callaré, por no llorar o reiré hasta que mi carcajada se convierta en lágrimas. Me hablan de libertad de prensa y me pongo a pensar en las poquísimas excepciones que confirman tal acto; así también los medios de comunicación se han transformado en un vil negocio en vías de expansión.

Es por todo ello que urge pues un nuevo sistema que cada día nos enseñe y oriente una vida más justa y sobre todo más humana, donde prime la vida de la persona antes que los apetitos voraces económicos del hombre que se cree dueño del mundo y sobre todo con capacidad para decidir qué país vive en el progreso o el retraso, lo cual nos convierte en seres no dueños de nuestra vidas y que cada día somos fiel copia y reflejo de de lo que ellos quieren que seamos, a lo cual me resisto y no pienso adaptarme tan fácilmente.

NOTAS AL FINAL

* Alumna del III ciclo de estudios de la Escuela de Derecho de la Universidad César Vallejo - Sede Lima Este.

LA CRIMINOLOGIA EN EL ESTUDIO DE LA INCLINACION DEL HOMBRE AL DELITO

“¿CÚAL ES LA RELACIÓN ENTRE DELINCUENTE Y SU SOCIEDAD?”

Por: Abdel Changa Diaz *

Haciendo un estudio bíblico podemos encontrar como el hombre tiene por naturaleza el hacer lo malo, desobedecer, transgredir las normas, etc.. Desde que Adán y Eva se inclinaron por hacer lo malo y así desobedeciendo a Dios, continuamente Caín matando a su hermano Abel, Moisés – que no había sido criado en valores y principios de obediencia a Dios, puesto que se crio en Egipto – lleno de ira mato a un Egipcio y lo enterró para que nadie supiese.
Como vemos el accionar del hombre desde tiempos ancestrales fue inclinarse hacia lo malo, esto es, cometiendo actos ilícitos.

En el contexto de la Era Postmoderna, dentro de la Sociedad Peruana, se vive tan de cerca los crímenes, no solo por el aumento de las comunicaciones, ciencia, industrias, políticas, globalización, sino también por el prototipo del hombre millonario. Los criminales que matan por dinero han sido mucho más de los que asesinan por aplacar su necesidad de matar (psicópatas), pero sin lugar a dudas quien se lleva el primer lugar, es el de los criminales que matan por sentirse frustrados emocionalmente.

En el Distrito de San Juan de Lurigancho hay un alto índice de los que cometen crímenes sobre delitos pasionales; en su mayoría, jóvenes, y muchos amigos y compañeros que tuve, sienten que tener una pareja es estar realizado en la vida. Para ellos el tener una novia o novio es lo máximo que pueden poseer, a la vez que la mayoría busca el tener una novia para tener el cariño que nunca encontró en casa. Sin lugar a dudas que para ellos el separarse de su pareja es el fin, es la muerte, es sentirse sin vida; es entonces que, si esta novia no se va a quedar con él o ella, termina asesinándola, y no pocas veces se suicidan, esto es un hecho que a nivel estadístico se demuestra conforme los índices de suicidios u homicidios pasionales que se han venido suscitando en el distrito antes mencionado, y considerado el distrito más populoso del Perú.

En la Sociedad Peruana actual no se puede dejar de lado los casos de Psicopatía Sexual. A inicios del año 1995, en el Pueblo de Parcona – Ica, desaparecen tres niñas de 6 a 9 años de edad, días después encuentran los cadáveres. Meses siguientes, en la misma Ciudad, desaparecen 09 niñas, días después encontrados sus cuerpos cadáveres por los propios pobladores con signos de violencia y todas desnudas con el cuerpo boca abajo. Al parecer el móvil no es el robo, parece que no hay más móvil que las simples muertes. Por todo lo que encontró la policía, creen que están delante de un caso de asesinato en serie.

En el caso no contamos con una víctima con vida que pueda darnos pistas sobre el criminal, por lo que no hay información directa. Sobre el sexo del criminal nos podemos guiar del método inductivo, ya que no se cuenta con una fotografía o una cámara que haya captado al criminal, las estadísticas nos dirán que sería un hombre, ya que el 80% de los asesinos en serie son hombres. La escena del crimen nos dice que es un criminal organizado, no dejo huellas latentes y es planificado. Hay signos de violencia, parece reflejar deterioro mental, por lo cual estamos buscando a un Psicópata.

El criminal ha elegido victimas inofensivas, menores de 09 años, a ninguna ha dejado con vida, lo que quiere decir que es un criminal astuto y con experiencia, ya que tiene una singular forma de asesinar. Les tapa la boca para asfixiarlas, no usa armas, le gusta sentir la muerte de cerca. Busca el consentimiento de la víctima, lo que supone que es una persona con buena apariencia, se gana la confianza de su víctima a base de regalos comestibles (caramelos). Por tanto es una persona agradable, sociable, posiblemente labore en una actividad de cara al público.

Queda claro que el robo no es el móvil, actúa en una zona concreta porque sus delitos se cometen en la misma Ciudad. Se mueve andando dado la cercanía y el espacio geográfico del lugar que es pequeño. Los crímenes se realizaron los fines de semana, quizá los días particulares donde labore y esté ocupado, manipula la muerte de sus víctimas, las agrede sexualmente y termina por enterrar rápidamente a sus víctimas.

El 4 de Setiembre de 1996, dos agricultores observan, en el campo, minuciosamente a un sujeto que llevaba consigo a una niña para ultrajarla, lo siguieron y efectivamente al llegar al lugar vieron a la niña desnuda y a punto de ser ultrajada, es ahí que intervienen estos dos agricultores. Se detuvo a Nicolás Gutiérrez “Monstruo de Parcona”, tiene 20 años de edad. Se lo relaciona como presunto asesino de 13 muertes más un intento de violación y homicidio, todas sus víctimas niñas entre los 6 a 9 años de edad. En 1997 es condenado a cadena perpetua.

Pero ¿qué sucedió detrás de este criminal para cometer estos absurdos actos?. Nicolás tuvo una infancia dura, el aspecto económico era el desencadenante de diversos factores que hacían de su niñez complicada. Tuvo que cambiar su vida de un pueblo pequeño y rezagado a la gran Ciudad de Lima para intentar huir de la pobreza; comenzó a trabajar limpiando una oficina en Santa Catalina, además de vigilante en una empresa de noche. Él y otros vigilantes se pusieron a beber licor, siendo horas más tarde violado sexualmente repetidas veces por sus compañeros.

Tres años más tarde presentaba sus papeles a una empresa para postular a un trabajo digno, también como vigilante. Días después, lamentablemente, fue violado y ultrajado sexualmente por otro grupo de vigilantes, era el hazme reír de todo el personal, todo esto le hacía sentirse humillado, jamás denunció dichos hechos por el temor. No regresó a cobrar el dinero que le adeudaban por laborar, sólo renunció a la empresa y huyó avergonzado desapareciendo.

La Sociedad Peruana, y toda sociedad en el mundo, tienen los delincuentes que crean, sin embargo los criminales se perciben así mismos como victimas creyendo que su dolor les justifica para hacer padecer a su prójimo, aducen que actúan así, porque también fueron víctimas y padecieron a manos de su propia sociedad.

NOTAS AL FINAL

(*) Alumno del III ciclo de estudios de la Escuela de Derecho de la Universidad César Vallejo – Sede Lima Este.

lunes, 29 de noviembre de 2010

NÚMERO 01 - AÑO 01 - NOVIEMBRE 2010

CONTENIDO

ESTADO Y CRIMINALIDAD

TITULO: Política Criminal y Delincuencia "Enfoque multidisciplinario"
AUTOR: Dr. Erickson Costa Carhuavilca

SOCIEDAD Y CRIMINALIDAD

TITULO: Enfoque social de la delincuencia: ¿Problema social o problema penal?
AUTOR: Dr. Erickson Costa Carhuavilca
VER: ARTÍCULO

DERECHO PENAL Y CRIMINALIDAD

TITULO: La finalidad de la cárcel en el tratamiento de la criminalidad
AUTOR: Dr. Erickson Costa Carhuavilca

SEGURIDAD CIUDADANA Y DELINCUENCIA

TÍTULO: ¿Cúal es la relación entre Política Criminal y Seguridad Ciudadana?
AUTOR: Dr. Erickson Costa Carhuavilca

DELINCUENCIA JUVENIL

TITULO: Estudio criminológico de la delincuencia
AUTOR: Dr. Erickson Costa Carhuavilca

domingo, 21 de noviembre de 2010

ENFOQUE SOCIAL DE LA DELINCUENCIA ¿PROBLEMA SOCIAL O PROBLEMA PENAL?

Por: Erickson Costa Carhuavilca*

Asumir como única solución a los problemas de la criminalidad al derecho penal, creando más tipos penales y sobrecriminalizando los ya existentes, como si la criminalidad fuera un problema que sólo le concierne al derecho penal, no viendo a la criminalidad como un todo que engloba varios aspectos, sólo a través de una política integral que asuma roles educativos, morales y laborales se podrá apreciar resultados positivos frente a la criminalidad, la nueva visión de una criminología multidisciplinaria es por demás favorable frente a la criminalidad, lástima que nuestros legisladores parecen que tienen vendados los ojos frente a lo que ocurre en nuestra realidad, porque el derecho penal lejos de disminuir la criminalidad lo que ha hecho es agravar las diferencias entre las clases sociales, etiquetando a las personas de “enemigos” frente al sistema, acaso no toman en cuenta que todos somos ciudadanos y tenemos los mismos derechos, mereciendo respeto a nuestra condición de persona.

La valoración que tiene Felipe Villavicencio y otros autores latinoamericanos frente al problema de la criminalidad como es de enmarcarla dentro de un problema social, que mientras haya hambre y desempleo es difícil exigirle a todos respeto y fidelidad al orden social, cómo pedirle a una persona que respete a un sistema que le ha cerrado las puertas y las oportunidades para su realización o siquiera para subsistir, a veces la actitud de muchos delincuentes es una respuesta frente a esa marginación que viene sufriendo, por eso mientras no busquemos las soluciones de la criminalidad fuera del derecho penal seguiremos padeciendo de crímenes, claro que esa tarea de nuestros gobernantes de brindarnos tranquilidad a “todos” parece muy lejana, ya que sólo reprimen drásticamente a los vulnerables frente al sistema penal, no teniendo en cuenta sus condiciones sociales y económicas, pero como diría el maestro Zaffaroni desgraciadamente algunos tienen que soportar y legitimar el sistema penal, y para las clases dominantes quienes mejor que aquellos que no significan nada para el sistema, algo desde todo punto de vista deshumanizante y discriminador.

Las perspectivas de los maestros Alessadro Baratta y Emilio Durkheim no sólo son válidos en nuestro sistema social sino que además están clamando por ser escuchadas, ya que cada vez exigimos más severidad frente a los delincuentes, pensando que estas personas en la cárcel se van a lograr “resocializar”, si al contrario, cuando salgan regresarán al mismo ambiente que los motivó a delinquir, además “resocializar” de qué estamos hablando, si la misma sociedad los ha formado como delincuentes, si no tomamos conciencia que los delincuentes son parte de nuestra sociedad y que verdaderamente merecen ser tratados como “personas” y no “objetos” que sólo hay que sacar de “circulación”, nos estaríamos nosotros mismos poniendo la soga en el cuello, porque con las condiciones económicas en que vivimos no sabemos si la ruleta que gira la selectividad del sistema penal en algún momento nos atrape, y ahí sí, que vamos a lamentar mucho de la drasticidad que algunos arguyen y reclaman como requisito para acabar con la delincuencia.

Si uno acata lo que dispone la norma no lo hace por el temor a la pena primordialmente, sino porque dentro de cada uno se ha internalizado un conjunto de valores que nos dice que el hecho de delinquir es perjudicial para el conjunto de la población, además está de antemano el respeto que cada uno debe tener hacia el prójimo con lo cual, la piedra angular frente criminalidad pasaría más el fomento de valores en donde todos tengamos las mismas oportunidades o siquiera una oportunidad para poder subsistir, ya que exigir condiciones plenas de realización creo que resulta utópico, el discurso penal de “primera mano” carece de razonabilidad, porque no se puede poner a la persona como un “objeto” al cual hay que “eliminar” si comete un delito, ahora hay que ver a quienes se quiere eliminar porque dudo mucho que lo mismo se piense con aquellos que cometen delitos económicos o los que cometen las personas relacionadas al aparato estatal.

Un Estado Totalitario lejos de conseguir estabilidad y seguridad como lo propugna Jakobs, lo que hace es proclamar banderas de discriminación y vulnerar los derechos fundamentales de las personas, porque esencialmente serán las personas marginadas las que soporten todos los avatares de este sistema, señores respetemos la condición de “persona humana” de todos.

NOTAS AL FINAL

* Docente de la Universidad César Vallejo – Sede Lima Este y de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, Abogado por Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Estudios de Maestría en Derecho Procesal por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Director del Centro Latinoamericano de Investigaciones de Derecho Procesal (CLIDEPRO), Asesor Académico de la Asociación Civil “Justicia & Derecho” y Director de la Revista Virtual “Criminología del siglo XXI”.








¿CÚAL ES LA RELACIÓN ENTRE POLITICA CRIMINAL Y SEGURIDAD CIUDADANA?


Por: Erickson Costa Carhuavilca*

Política Criminal es un concepto complejo: es definible en términos de instrumentos penales, de un lado, e instrumentos no penales, del otro. Hasta un pasado no muy lejano ésta se entendió como instrumento de control de la criminalidad, a partir del desarrollo de estudios victimológicos, y en particular por la preocupación acerca de las necesidades de la víctima, de su ambiente social y de la sociedad, el campo de acción de la política criminal se extiende también hacia el control de las consecuencias del crimen, además de su prevención. (1)

Política Criminal es la creación institucional ante el delito, la naturaleza misma de la política criminal, su alcance y la posición que ha de ocupar respecto de la criminología, son cuestiones puestas a debatir. (2)

En definitiva, perspectiva político-criminal significa determinación de los principios básicos de un Derecho Penal democrático y dilucidación de su contenido en tanto que desafío político-criminal significa entender que todo principio es sólo un programa de acción que requiere por ello de sustentación en una realidad concreta, la nuestra, latinoamericana, con el objeto de establecer, si no algo del derecho penal, como dijera Radbruch, por lo menos un derecho penal humano, de los hombres únicamente y para los hombres. (3)

A propósito de la Política Criminal, al sustantivo "seguridad" se agregan, implícita o explícitamente, los adjetivos "nacional", "pública", "ciudadana". Se trata siempre de connotaciones colectivas, no personales, de la seguridad; es decir, no se trata propiamente de la seguridad de los derechos de los sujetos individuales, cualquiera que sea su posición en el contexto social, sino de la seguridad de la nación, de la comunidad estatal, de la ciudad. (4)

Se habla de seguridad ciudadana en relación con los lugares públicos y de visibilidad pública, o con un pequeño número de delitos que entran en la así llamada criminalidad tradicional (sobre todo agresiones con violencia física a la persona y al patrimonio), que están en el centro del estereotipo de criminalidad existente en el sentido común y son dominantes en la alarma social y en el miedo a la criminalidad. En la opinión pública y en los medios de comunicación de masas estos delitos se caracterizan por una regular repartición de papeles de la víctima y del agresor, respectivamente, en los grupos sociales garantizados y "respetables" y en aquellos marginales y "peligrosos" (extranjeros, jóvenes, toxico-dependientes, pobres, sin familia, sin trabajo o sin calificación profesional). (5)

Una política criminal garantista es aquella que respete la dignidad de la persona humana, asumiendo la criminalidad como un todo y no viéndola sólo hacia una parte de la sociedad como lo serían los lugares marginales donde están las personas más vulnerables frente al sistema penal, si vamos a hablar de criminalidad hablemos de todo tipo de delitos, acaso no existen los delitos cometidos por funcionarios públicos o los delitos económicos, si vamos a hablar de seguridad ciudadana hablemos de seguridad para todos sin ir en detrimento de otros, porque en aras de la seguridad de las élites no se puede pisotear los derechos fundamentales de los marginales o como dice el maestro Carlos Parma “los excluidos”.

NOTAS AL FINAL

Docente de la Universidad César Vallejo – Sede Lima Este y de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, Abogado por Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Estudios de Maestría en Derecho Procesal por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Director del Centro Latinoamericano de Investigaciones de Derecho Procesal (CLIDEPRO), Asesor Académico de la Asociación Civil “Justicia & Derecho” y Director de la Revista Virtual “Criminología del siglo XXI”.
(1) ZAMBRANO PASQUEL, Alfonso. Derecho penal, Criminología y Política Criminal. Editorial De Palma. Pgs. 63 – 67.
(2) REYES ECHANDIA, Alfonso. Criminología. Editorial Temis. Pgs. 248 – 253
(3) ZAMBRANO PASQUEL, Alfonso. Op Cit. Pgs. 45 – 46.
(4) BARATTA, Alessandro. Política criminal: entre la política de seguridad y la política social. Libro: Delito y Seguridad de los Habitantes.
Ver: HTTP://72.34.34.34/~WJINABT/LIBRARY/PUBS/2798.DOC.
(5) ROJAS VARGAS, Fidel. La Pena en el Sistema de Ejecución Penal. Cuadernos Jurisprudenciales. Suplemento Mensual de Dialogo con la Jurisprudencia. Pg. 07

miércoles, 10 de noviembre de 2010

LA FINALIDAD DE LA CÁRCEL EN EL TRATAMIENTO DE LA CRIMINALIDAD

Por: Erickson Costa Carhuavilca*

En el lenguaje de Alessandro Baratta, quien sostiene un Derecho Penal mínimo, afirma que la pena, especialmente en su manifestación más drástica, como la que penetra en la esfera de la libertad personal y de la incolumidad física del individuo, es “violencia institucional”, a lo que debe sumarse, que ni legisladores, ni policía, ni ministerio público, ni jueces, ni órganos de ejecución, no responden a un interés general, sino a grupos minoritarios dominantes y socialmente privilegiados. (1)

El criterio para declarar justificada una pena desde la perspectiva de Ferrajoli se manifiesta a través del cumplimiento de las finalidades que se le asignan, esto es, de prevención de delitos y venganzas. Parece obvio, no obstante, que no basta con el cumplimiento de las dos finalidades mencionadas para que una pena esté justificada. Por poner un ejemplo provocativo, pero claro, la pena de muerte puede ser preventiva y servir para evitar venganzas informales o linchamientos. Sin embargo, Ferrajoli la descarta por representar una vulneración de los derechos humanos. ¿Porqué razón Ferrajoli no está dispuesto a argüir que la pena de prisión es también una vulneración de derechos humanos? (2)

En resumen, para evitar ser una ‘ideología normativista’, no basta alegar el fin de prevención de delitos para que la pena esté justificada, sino que debe demostrarse que esta finalidad es efectivamente cumplida, esto es, una correspondencia entre el fin que se pretende alcanzar y la función que cumple la pena.

La prevención social del delito debe ser construida mediante una prevención primaria que ofrezca reales y creíbles oportunidades a quienes están en “situación de riesgo”, es decir, que no pueden emplear sus habilidades y recursos en actividades lícitas de manera satisfactoria. La prevención secundaria debe ofrecer oportunidades de buen empleo de sus habilidades y recursos a quienes delinquen parcial o profesionalmente pero no están institucionalizados en el sistema penal. Finalmente, la rehabilitación, o prevención terciaria del delito, es la oferta para el buen uso de habilidades y recursos que debe hacerse a quienes están institucionalizados en el sistema penal. (3)

Para Mir el modelo social y democrático de derecho en España exige que la pena cumpla una misión de regulación activa de la vida social que asegure su funcionamiento satisfactorio, mediante la protección de los bienes de los ciudadanos, y ello se puede cumplir mediante una pena cuya función sea la prevención. (4)

Fue Pellegrino Rossi quien calificó la prisión de pena propia de países civilizados. ¿Sigue siéndolo? No por entero. De acuerdo con las concepciones actuales, es degradante. Y en contra de lo suele creerse, tampoco es igualitaria. Las cárceles las pueblan – aparte de los delincuente políticos, cuando lo hay - , gentes pertenecientes a clases socialmente marginadas. En ellas no penetran, salvo per accidens, los poderosos de la tierra. (5)

¿Por qué las prisiones permanecen a pesar de su contraproductividad? Yo diré que precisamente porque, de hecho producen delincuentes y la delincuencia tiene una cierta utilidad económico-política en las sociedades que conocernos: La utilidad mencionada podemos revelarla fácilmente: 1) Cuanto más delincuentes existan, más crímenes existirán; cuanto más crímenes hayan, más miedo tendrá la población y cuanto más miedo en la población, más aceptable y deseable se vuelve el sistema de control policial. La existencia de ese pequeño peligro interno permanente es una de las condiciones de aceptabilidad de ese sistema de control, lo que explica por qué en los periódicos, en la radio, en la televisión, en todos los países del mundo sin ninguna excepción, se concede tanto espacio a la criminalidad como si se tratase de una novedad cada nuevo día. Desde 1830 en todos los países del mundo se desarrollaron campañas sobre el tema del crecimiento de la delincuencia, hecho que nunca ha sido probado, pero esta supuesta presencia, esta amenaza, ese crecimiento de la delincuencia es un factor de aceptación de los controles. (6)

En la actualidad en muchos países y sobre todo en los Estados Unidos de Norteamérica, el discurso oficial sobre la prisión se desplaza de la resocialización (prevención especial positiva) hacia la neutralización o incapacitación del penado (prevención especial negativa), si bien la teoría de la resocialización, no se ha abandonado del todo en el discurso, en la práctica se han establecido regímenes especiales inicialmente para determinados delitos donde explícitamente se opta por la neutralización del penado con fines de protección social, regímenes que dada la ampliación de los delitos a los que se aplican tienden a generalizarse; esta posición es carente de todo sentido de humanidad y consagra la degradación máxima a la persona, ya que con las condiciones infrahumanas de nuestras cárceles indirectamente estamos condenando a estas personas a la muerte. (7)

NOTAS AL FINAL

* Docente de la Universidad César Vallejo – Sede Lima Este y de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, Abogado por Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Estudios de Maestría en Derecho Procesal por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Director del Centro Latinoamericano de Investigaciones de Derecho Procesal (CLIDEPRO), Asesor Académico de la Asociación Civil “Justicia & Derecho” y Director de la Revista Virtual “Criminología del siglo XXI”.
(1) Baratta A. (1979). Criminología y Dogmática Penal: Pasado y Futuro del Modelo Integral de la Ciencia Penal. Lima. Ediciones Jurídicas.
(2) Baratta A. (1979). Criminología y Dogmática Penal: Pasado y Futuro del Modelo Integral de la Ciencia Penal. Lima. Ediciones Jurídicas.
(3) Bustos J. (2005). Obras Completas. Tomo I Derecho Penal - Parte General. Lima. Ara Editores.
(4) Mir S. (1979). La Función de la Pena en el Estado Social y Democrático de Derecho. Barcelona. Bosch.
(5) Barbero M. (1980). Marginación Social y Derecho Represivo. Barcelona. Bosch.
(6) Zaffaroni E. (1997). La Filosofía del Sistema Penitenciario en el Mundo Contemporáneo. Lima. Pontificia Universidad Católica del Perú.
(7) Brousset R. (2000). Problemática Intercarcelaria. Lima. Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

ESTUDIO CRIMINOLÓGICO DE LA DELINCUENCIA

Por: Erickson Costa Carhuavilca*

A partir de los años sesenta en Estados Unidos y, en las décadas sucesivas, en Gran Bretaña y después en Europa continental, se comienza a constatar el predominio de la criminología positivista y, más en general, del paradigma etiológico en la sociología de la desviación, se ha puesto en primer plano, en el estudio de la desviación y de la criminalidad, los mecanismos de definición y de etiquetamiento (institucionales e informales), por consiguiente, el proceso de criminalización primaria (formación de la ley penal) y secundaria (aplicación de la ley penal). (1)

Actualmente se pone en práctica el principio de la interdisciplinaridad (o multidisciplinariedad) "externa", con lo cual este nuevo saber podrá, ofrecer una respuesta novedosa a la "cuestión criminal que no sólo produzca una política criminal alternativa dentro del universo de las ciencias penales y del sistema de justicia criminal, sino también -y sobre todo- que pueda movilizar una política multiagencial alternativa a la política criminal misma. (2)

El crimen no es una unidad, ya que actúa en todos los ámbitos de la sociedad y amerita ser tratado en serio, analizando cada situación particular, es una de las más claras expresiones de las deficiencias estructurales de la sociedad es la manifestación de diversos factores que deterioran los cimientos del desarrollo del hombre. (3)

La delincuencia no es un fenómeno fácil de controlar, sobre todo por el hecho de que sus causas se encuentran insertas dentro de la sociedad como: falta de educación, valores y principios dentro de la familia y aunado a éstas la grave situación económica que está atravesando nuestro país. (4)

Si aceptamos como válida la sentencia de Durkheim en cuanto afirma que la criminalidad constituye un elemento necesariamente integrante de una sociedad sana y considera que es esa misma sociedad la que produce y define ella su propia criminalidad: ¿qué sentido tiene hablar de la resocialización del delincuente y para una sociedad que produce ella misma delincuencia?; ¿No sería más lógica y coherente la idea de resocializar a la propia sociedad? (5)

Hay una teoría económica para el control del delito que postula un aumento de la represión penal –más conductas criminalizadas y mayores penas por los delitos– para elevar los costos de delinquir y así disuadir la conducta delictual –decisión racional–. Esa teoría desconoce que casi la totalidad de nosotros no delinquimos; no lo hacemos por temor a la ley penal, sino porque creemos que es mejor para el conjunto social que respetemos los derechos de los otros. (6)

NOTAS AL FINAL

* Docente de la Universidad César Vallejo – Sede Lima Este y de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, Abogado por Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Estudios de Maestría en Derecho Procesal por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Director del Centro Latinoamericano de Investigaciones de Derecho Procesal (CLIDEPRO), Asesor Académico de la Asociación Civil “Justicia & Derecho” y Director de la Revista Virtual “Criminología del siglo XXI”.
(1) Zambrano A. (1998). Derecho Penal, Criminología y Política Criminal. Buenos Aires. Depalma.
(2) Reyes A. (1996). Criminología. Bogotá. Temis.
(3) Villavicencio F. (1997). Introducción a la Criminología. Lima. Grijley.
(4) Ibid.
(5) Hurtado J. (1997). Derechos Humanos y Lucha contra la Delincuencia. Lima. Pontificia Universidad Católica del Perú.
(6) Ibid.

POLITICA CRIMINAL Y DELINCUENCIA "ENFOQUE MULTIDISCIPLINARIO"


Por: Erickson Costa Carhuavilca*

Política Criminal es un concepto complejo: es definible en términos de instrumentos penales, de un lado, e instrumentos no penales, del otro. Hasta un pasado no muy lejano ésta se entendió como instrumento de control de la criminalidad, a partir del desarrollo de estudios victimológicos, y en particular por la preocupación acerca de las necesidades de la víctima, de su ambiente social y de la sociedad, el campo de acción de la política criminal se extiende también hacia el control de las consecuencias del crimen, además de su prevención. (1)

Política Criminal es la creación institucional ante el delito, la naturaleza misma de la política criminal, su alcance y la posición que ha de ocupar respecto de la criminología, son cuestiones puestas a debatir. (2)

En definitiva, perspectiva político-criminal significa determinación de los principios básicos de un Derecho Penal democrático y dilucidación de su contenido en tanto que desafío político-criminal significa entender que todo principio es sólo un programa de acción que requiere por ello de sustentación en una realidad concreta, la nuestra, latinoamericana, con el objeto de establecer, si no algo del derecho penal, como dijera Radbruch, por lo menos un derecho penal humano, de los hombres únicamente y para los hombres.(3)

Ahora bien, sin duda puede haber diferentes políticas criminales. No es lo mismo la Política Criminal de un Estado autoritario que la de un Estado social y democrático de derecho. La que nos interesa es justamente esta última, la que debe ser la propia de un Estado social y democrático de derecho. En otras palabras, cómo ha de ser ejercido el poder de definición de los procesos criminales en un Estado que tiene como fundamento y objetivo la consecución plena de la libertad y la igualdad. (4)

El programa político criminal debe de estar concordé con el principio de la libertad y de abrir espacios para la realización de ésta. La política criminal sustentadora de la seguridad sirve a la libertad y no afecta a esta.

El sistema penal no se fundamenta sólo de manera político – criminal, sino también de manera ético – personal y ético social – y ya que los valores siempre tienen un fundamentum in re, también de manera ontológico – personal y ontológico – social: “El derecho nunca debe adaptarse a la política, sino que la política debe adaptarse siempre al derecho”. (5)

NOTAS AL FINAL

* Docente de la Universidad César Vallejo – Sede Lima Este y de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, Abogado por Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Estudios de Maestría en Derecho Procesal por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Director del Centro Latinoamericano de Investigaciones de Derecho Procesal (CLIDEPRO), Asesor Académico de la Asociación Civil “Justicia & Derecho” y Director de la Revista Virtual “Criminología del siglo XXI”.
(1) Zambrano A. 1998. Derecho Penal, Criminología y Política Criminal. Buenos Aires. Depalma.
(2) Reyes A. 1996. Criminología. Bogotá. Temis.
(3) Zambrano A. 1998. Derecho Penal, Criminología y Política Criminal. Buenos Aires. Depalma.
(4) Bustos J. 2005. Obras Completas. Tomo I Derecho Penal - Parte General. Lima. Ara Editores.
(5) Joachim E. (2003). La Dogmática Jurídico Penal entre la Ontología Social y el Funcionalismo. Lima. Grijley.